Aunque muchas de las enfermedades no transmisibles son de origen multifactorial, un buen estado nutricional es fundamental en lo que a su prevención se refiere. Nuestro organismo es capaz de sintetizar distintos nutrientes, pero algunos denominados nutrientes esenciales deben aportarse con los alimentos que ingerimos. Entre ellos están algunos aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas y minerales, vitales para que el organismo pueda llevar a cabo el sinfín de reacciones que ocurren a nivel metabólico a cada momento.
En ocasiones, no somos conscientes que no tomar ciertos alimentos, porque no nos sientan bien o porque simplemente tenemos aversión hacia ellos conlleva la posibilidad de carencias nutricionales si no sabemos como sustituirlos o encontrar alternativas.
Conocer los grupos de alimentos que deben formar parte de nuestra dieta diaria o semanal o aquellos que solo deben aparecer de tanto en tanto aumenta la probabilidad de que estemos correctamente nutridos. Esto no equivale ni a comer de todo lo que hay en el mercado ni a estar a dieta durante toda la vida, sino ser un consumidor consciente en cuya cesta de la compra aparece, sobre todo, lo necesario.
Uno de mis objetivos principales a la hora de elaborar los planes dietéticos personalizados es encontrar el equilibrio nutricional adecuado a nuestra edad, estado de salud, nuestros gustos o actividad física para que no falte de nada, ni existan excesos.
